domingo, 26 de mayo de 2013

Enfermedades en educación infantil



La educación infantil debe entenderse como un derecho que tiene toda la infancia para poder participar en situaciones educativas, distintas a la familiar y que sirvan para promover su desarrollo. En este sentido existen aspectos importantes en el desarrollo infantil que se realizan en entornos diferentes al familiar y, por tanto, es necesario que estos entornos, su organización y puesta en práctica, estén pensados para garantizar el desarrollo de manera armónica y acorde con las propias necesidades infantiles.

Como docentes debemos dar respuesta a todas las necesidades que puedan presentar los alumnos a lo largo de su aprendizaje. En un aula la diversidad está garantizada, siempre hay niños con diferentes ritmos de aprendizaje. Las causas pueden ser variadas: diferente cultura u origen, algún trastorno o enfermedad, etc.

El tema que vamos a tratar está relacionado con las principales enfermedades que afectan a la infancia. En este caso se trata de un tema de poca aplicación práctica, aunque sí que se pueden realizar algunas actividades con los alumnos acerca de las enfermedades. Por este motivo, hemos dirigido nuestra atención a cuatro de las enfermedades o trastorno que más significativos, que más afectan o que tienen una mayor aplicación práctica, como son: la diabetes, el asma, la enfermedad celíaca y la obesidad. De todos modos, se puede elaborar una unidad didáctica relacionada con el centro de interés de la salud y más concretamente con los médicos, en la que se trabajan algunos contenidos relacionados con las enfermedades, la higiene y las vacunas.


Según la organización mundial de la salud (OMS): “la salud se podría definir no solo como ausencia de enfermedad o dolencia sino como el estado de bienestar físico, mental y social”.


Es competencia del profesional médico el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, y cuidar en la medida que corresponda, del niño enfermo, por consiguiente en la escuela infantil lo fundamental no es la función curativa de la enfermedad, sino más bien su prevención (Pérez, A 2008).

El conocimiento de las enfermedades infantiles por parte de los educadores va a propiciar que los niños, en muchos de los casos, puedan salvar las dificultades en su salud. La escuela debe ofrecerles la posibilidad de integrarse socialmente y normalizar su comportamiento. Así, es de mayor utilidad para el medio escolar que el educador conozca la sintomatología de las enfermedades infantiles y las posibles vías de actuación en el aula en relación con las mismas para adoptar las medidas preventivas necesarias.




La salud es uno de los aspectos más importantes en la vida de las personas.

 Además De la familia y de la escuela, las enfermedades constituyen un agente que influye en la infancia y que puede afectar a los alumnos (y no sólo a estos) en cualquier momento durante el curso escolar. Una enfermedad también forma parte de las características individuales y concretas que presentan los niños a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Como consecuencia, los docentes debemos estar preparados, para proporcionar y establecer las medidas necesarias para dar respuesta a sus necesidades educativas específicas de apoyo educativo (a.c.n.e.a.e) y para integrar a estos alumnos en las aulas.

Para ello son necesarios varios aspectos: la continua colaboración y comunicación entre escuela y familia, el conocimiento de las enfermedades que padecen los alumnos (si bien no somos médicos), el intentar anticiparse a los posibles acontecimientos y la educación en los valores de igualdad, respeto, tolerancia, educación para la salud, etc. Todo ello para contribuir al desarrollo armónico, que es el objetivo fundamental de la etapa de Educación Infantil.

Incluir la educación para la salud dentro del currículo escolar supone buscar una nueva forma de educar desde y para la vida. A nivel de centro, la educación para la salud implica crear un ambiente que garantice las condiciones de higiene, seguridad y bienestar general de los niños, implicando una colaboración con el personal sanitario, las familias y el resto de la comunidad, Así, la educación para la salud pretende desarrollar en los alumnos estilos de vida saludables, a través de distintas actividades de aprendizaje que fomenten cambios cognitivos y actitudinales y que influyan en el bienestar personal, familiar y escolar.


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